¿Cuál es la función del maestro en las Escuelas Waldorf?
El maestro es quien representa los valores sociales, éticos y morales que el alumno toma como ejemplo. Por ello, esta pedagogía fomenta el trabajo interior constante de quien se presente como figura de autoridad.
No hay quien tenga la luz del conocimiento, por ello cada maestro buscará conocer lo que cada niño trae como cualidad propia, como misterio y potencialidades.
A diferencia de otras pedagogías, en las escuelas Waldorf un mismo docente suele acompañar al grupo por tres, seis o siete años seguidos. El objetivo es que a través del conocimiento profundo de cada niño, el maestro pueda percibir lo que este necesita para su desarrollo saludable.
Además de la tarea de acompañar y conocer al niño, el maestro waldorf organizará frecuentes reuniones de padres, para que estos se interioricen del proceso que están atravesando sus hijos, y puedan además, tener una participación activa en la escuela.
¿Cómo “evalúan” estos colegios?
La manera de impartir la autoridad y el sistema de evaluación son diferentes.
El maestro evalúa, y tiene en cuenta siempre, el proceso de aprendizaje a través del contacto diario con los niños. Cada tarea esta acompañada de un seguimiento personalizado.
Se busca valorar siempre el proceso, es decir, cómo fue evolucionando el aprendizaje a lo largo de determinado periodo. El resultado será importante, pero no determinará si el alumno ha aprendido o no. El resultado correcto es un correcto proceso; y el correcto proceso es el entusiasmo y esmero del niño por aprender, el compromiso adquirido en las tareas realizadas y la búsqueda de la autosuperación.
El error, equivocación o falta es considerado como parte del aprendizaje. Por ello, no es resaltado o señalado, sino que es valorado e integrado como una etapa del proceso.
A diario los niños tienen tareas, investigaciones, presentaciones, realización de trabajos, lectura, entre otros, donde deben responder de forma responsable y con una exigencia adecuada que les permitirá llevarlo a cabo.
Se suele estimular al niño a que haga siempre una autoevaluación.
¿Son escuelas libres? ¿Hay poca exigencia y estructura de las clases?
Aunque se pueda llegar a imaginar que estas escuelas son poco exigentes o poco estructuradas, lejos están de serlo. El niño que está en una escuela waldorf conoce mucho el esfuerzo, ya que se trabaja constantemente sobre su voluntad, su iniciativa, y por sobretodo, la continuidad y finalización de las tareas propuestas.
Hoy en día nos encontramos ante adultos que no finalizan las tareas que inician, no saben sostener un esfuerzo y claudican ante las dificultades. Sabiendo que esto es muy dañino para el alma, desde pequeños se les enseña a comenzar una tarea y terminarla con dedicación y esfuerzo. Esto no solo será necesario para el presente sino se convertirá en la semilla que dará frutos en la adultez.
¿Qué sucedería si un niño que asistió a una escuela Waldorf, tendría que cambiarse a una escuela con pedagogía tradicional?
Los contenidos que se aprenden no solo abarcan a los de la enseñanza oficial, sino que los sobrepasan, tomando los aspectos de la educación artística, artesanal y técnica. Por eso, los niños se adaptan con naturalidad a otros sistemas educativos y, cuando egresan en 6to grado, no presentan problemas al iniciar el secundario.
Tal es así que son reconocidos en las secundarias oficiales por su interés por aprender, su capacidad de reflexionar los temas y su alto rendimiento académico. Son maravillosos alumnos, y personas muy comprometidas con lo que hacen.
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